La primavera está cerca... viene con el sol que dura hasta más tarde, con el canto de la calandria, con las yemas de los árboles que se hinchan de vida y con algunas flores apuradas, que la anuncian.
Aprovechando este hermoso día de cielo impecable, salí a dar una vuelta por mi jardín que, por ahora, de jardín tiene poco, pero con el tiempo iré logrando embellecerlo. Sin embargo, entre tanto yuyo, ramas secas y arena-tierra denuda, hay algunas perlas que vale la pena descubrir.
Ahora sí, la acacia trinervis encerrada entre un pino y una encina, se hizo ver por su explosión amarilla.
Otro que pasaba desapercibido era este membrillero de jardín, hasta que de repente lo vi florecido.
No todos son yuyos porque aquí y allá crecen fresias, que están empezando a florecer y... a perfumar.
Y como mi jardín todavía está "en pañales" y no está presentable, me quedo por el momento con lo que veo hacia la calle. Sin embargo, recojo algunas perlas de esas que nombré y me las llevo al living.
De esta manera, espero la estación más linda.