Convengamos que si no me hice tiempo durante el verano para andar por aquí, menos me lo voy a hacer ahora que estoy a punto de comenzar el último año (con suerte y viento a favor) de cursar materias en la facultad. Digamos que sólo me quedan cuatro y... la tesis... ¡Casi nada! ¡Jeje!
Pero... en fin... quiero compartir un cuadrito de unos 20 x 20 cm que renové cuando ya me cansé de verlo de la misma manera. Revolví todo mi archivo fotográfico y no pude encontrar una foto de cómo era antes de la renovación. Y no es muy divertido describir que tenía un fondo de un papel tipo carta manuscrita y una silueta de madera color tierra sombra tostada con la palabra LOVE... No importa... De tonos marrones, pasó a azul y sólo mantuve el color del marco en blanco.
En mi casa anterior, había un lindo limonero que, cuando lo encontré, estaba semiahogado por otros árboles y por eso crecía torcido buscando la luz. Además, y posiblemente por la misma razón, no tenía demasiadas hojas y no daba frutos. Me ocupé de él y... ¡oh, sorpresa! unos meses después me regaló limones en cantidad.
Como parte de su ciclo natural, iba renovando sus hojas y, en un momento, noté que a las que quedaban en el suelo, semienterradas, les pasaba que se convertían en esqueletos. Seguramente hay técnicas para lograrlo de manera artificial, las cuales desconozco. Yo junté aquellas en las que naturalmente se degradaron las partes blandas quedando el "sistema vascular" de la hoja, es decir, las nervaduras, que como tienen paredes celulares secundarias engrosadas, son más difíciles de degradar.
Prensé las hojas un tiempo en un cuaderno y las usé para mi cuadro. Me pareció una buena idea para recordar el generoso limonero que, si bien siguió creciendo torcido, nunca más dejó de dar limones.
Aclaro, porque no lo puedo evitar, aunque no creo que a nadie le importe demasiado, que el nombre científico (que escribí con un marcador de tinta blanca) no está escrito correctamente. El limonero común y corriente es, en realidad, un híbrido, esto es, el resultado de la combinación entre otras especies y no una especie en sí. Por lo tanto, el nombre, en lugar de ser Citrus limon es Citrus xlimon, con la x indicando que se trata de un híbrido. ¿Por qué no lo escribí bien? Porque me di cuenta después. Cada vez que lo veo, me choca un poco, así que en cualquier momento incorporo la x, aunque no sé si hay espacio suficiente entre las dos palabras.
Más allá de ese peculiar detalle, me encanta cómo quedó mi cuadrito. ¡Ah! Casi me olvido... Un par de manos de barniz acrílico sirven para proteger la obra y, además, me sirvieron para pegar las hojas al fondo. Yo elegí semibrillante porque me gusta cómo queda.
¡HASTA LA PRÓXIMA!