ALGO FRESCO

Me parece mentira que ya estemos transitando marzo, el mes que le abre la puerta al otoño. Para mí, este marzo en particular llega con muchos cambios y un nuevo desafío que comienzo en unos días nada más. Por eso estoy llena de expectativas y siento un gran entusiasmo, aunque también (y es inevitable) un poquito de temor pensando cómo será lo que será. 

Volviendo al otoño, ya se empieza a sentir su presencia, entonces el trabajo que quiero mostrar hoy, no encaja del todo con lo que percibo en el ambiente a mi alrededor. Lo hice hace unas dos semanas cuando todavía hacía mucho calor.

Me encantan esos vasos que parecen frascos, los veo siempre en algún blog o en instagram. Por esta razón, cuando me paré frente a la vidriera de un conocido bazar, mis ojitos brillaron al verlos allí como llamándome. Ni lenta ni perezosa entré y mi alma se hizo añicos al escuchar el semejante precio dado por la vendedora. Di media vuelta y, desencantada, dejé los preciosos y caros vasitos descansando en la vidriera.

Unos días después, se acabó la mermelada, lavé el frasco e inmediatamente se me encendió la lamparita y visualicé en él un vaso. Con un marcador o fibrón negro dibujé a mano alzada una corona y la inscripción que primero se me ocurrió. Así de simple, nada más.

Jugo de naranja exprimido, una bombilla con personalidad (ésas sí me las compré, no lo pude resistir) y a disfrutar.

Como defecto es necesario decir que el marcador no es muy resistente al agua, pero no importa, es tan fácil de hacer que puedo lavar y volver a escribir sin que eso me lleve mucho esfuerzo. Ya encontraré la manera de hacer que sea permanente.

Feliz de la vida con mi frasco-vaso que pienso que no tiene nada que envidiarle a los que vi en la vidriera del bazar. Aprovecho los pocos días de verano que quedan y, antes de que el calor se vaya del todo, me tomo algo fresco y rico, y me lanzo hacia el futuro, con ganas y con varios sueños por cumplir.

¡FELIZ SEMANA!