miércoles, 1 de abril de 2015

EL OTOÑO ME INSPIRA

Me sumo a la propuesta de Marcela y Omna Deco de compartir lo que nos inspira a través de Instagram o del blog. Instagram tengo desde hace poquito tiempo y aún no tengo ni la menor idea de cómo poner un hashtag (jajaja!! prometo investigar), entonces empiezo por mi blog (al que más o menos ya lo entiendo). 

Empezando el mes de Abril, a mí me inspira el otoño, una estación llena de encanto que trasciende las barreras de la naturaleza y se mete en mi casa por todos los rincones.




Me inspira la calidez de los colores otoñales, sus matices y las posibles combinaciones... Los tierra, ocres, amarillos, naranjas y rojizos presentes en las hojas que caen y vuelan llevadas por el viento yendo a posarse en todos lados.


Me inspira la naturaleza otoñal a través de los frutos secos como los de cipreses, jacarandá, liquidámbar, robles y las infaltables piñas. Me gusta en esta época salir a caminar disfrutando el aire ni frío ni caluroso y observar cómo mi entorno va cambiando, poco a poco, de modo sutil. Esto me permite volver a casa llena de inspiración y con algún tesoro natural entre mis manos... Una simple hoja rosada de eucaliptus o alguno de esos frutos que mencioné, recogidos bajo la inmensa arboleda que cubre mi ciudad.












Me inspira la luz otoñal, filtrándose a través de las cortinas y otorgándole un tinte especial a cada ambiente. Disfruto de los días en que el sol brilla más débil, sentarme junto a la ventana, con un buen libro y una manta llena de calidez. Es la combinación perfecta.









Y por último, el otoño no solamente me inspira por sus colores, sino que también me transmite texturas: lana, arpillera, telas gruesas para las fundas de los almohadones de la casa. Y afuera, en el jardín, las diversas cortezas de los árboles que al quedarse desnudos se destacan más que en otra estación. 

miércoles, 25 de marzo de 2015

DETALLES SOBRE UNA MESITA (TURQUESA POR SUPUESTO)

Ya empezó el tiempo en que mi blog pasa un poco a segundo plano porque el trabajo hace que el tiempo no me alcance para dedicarlo a sacar fotos, editarlas, subirlas, escribir algo más o menos coherente... 

Pero hoy aprovecho el solcito otoñal que se filtra por la ventana y que todavía no me puse las pilas porque no me puedo despegar del largo fin de semana, entonces aún no abrí libros y carpetas para pensar cómo dar mis clases de mañana en la escuela.

Y pongo el foco en un mesita que adoro.





La encontré en mi casa como tantas cosas (prácticamente la mayoría de los muebles que pueblan los ambientes) y como estaba descascarada, rayada y la madera pintada con una tinta oscura, la convertí en una mesa turquesa, la lijé un poco para suavizar la estridencia del color...






...Y la confiné a servir de apoyo de detalles que me gustan y que, de tanto en tanto voy cambiando cuando me aburro de ver lo mismo. Un fin puramente decorativo nada más (y nada menos).




La parte de abajo la reservé para la canastita que contiene mis sellos decorativos y algunas cintas.


En la parte superior ubiqué un... "coso" de metal para cartas (que no recibo), por eso más de una vez van a parar ahí los papeles de impuestos y servicios cuando llegan.


Las infaltables cajas de polvo antiguas de mis abuelas, que en mi casa están casi por todas partes.


Un pulverizador que reciclé con una etiqueta de papel adhesivo. Simplemente con eso, cambió un montón.


Por último, un florero hecho con un tubo de cartón que quedó luego de que se acabaran todo el rollo de bolsas para freezer. Aclaro que es un florero solamente apto para flores secas por dos razones: no tiene fondo y es de cartón. 



Y así me despido de este espacio hasta cuando tenga, encuentre o construya un poquito de tiempo nuevamente. 

lunes, 9 de marzo de 2015

DE OTRO PLANETA

Haciendo un plano general... no se ve y mucho menos se destaca entre los diferentes cactus y suculentas de mi jardín.


 

Pero ahí está, en una tacita de plástico celeste que le sirve de maceta.


Un cactus insignificante que, durante semanas, estuvo preparando una gran sorpresa.


Ayer, el enorme pimpollo se abrió en esta flor descomunal.








Una flor totalmente impensada, exótica con sus colores de leopardo y un tamaño que amenaza aplastar al pobre cactucito que la produjo.






No me canso de mirarla, de admirarla y de fotografiarla... Descubrí que, en otra maceta se prepara otro pimpollo, por ahora así de chiquitito. Hace falta acercarse mucho para poder distinguirlo.


Para mí que estudié Biología, me parece que la vida siempre sorprende al que está dispuesto observar. 
La vida es, sucede, se abre camino, surge de lo impensado en el más mínimo rincón, crece en silencio, de a poquito... 

A mí me parece maravilloso, por eso lo comparto.