viernes, 6 de abril de 2018

AL PASAR

Así, como de pasada nada más, escribo esta entrada cortita para compartir una idea tomada de Pinterest y que me encantó hacer: pintar piedras. 

No hacen faltan muchas palabras... sólo una piedra redondita de esas que suelo encontrar en la playa


Y pintura acrílica para transformarla en una simpática vaquita de san antonio.


Ahh!! Con un marcador negro indeleble, pinté las manchitas y dibujé las alas ya que con el pincel no me animaba.


Lista para decorar alguna maceta o algún rincón especial


¡HASTA LA PRÓXIMA!

martes, 27 de marzo de 2018

REPISA RECICLADA

La repisa que quiero mostrar hoy, me acompaña desde hace unos cuantos años porque la encontré en mi casa anterior y, desde el comienzo de mi blog, me sirvió como "escenario" para muchas fotos.  


En la foto de arriba se la ve casi en estado original, es decir, pintada con esmalte sintético blanco, el cual de tan viejo ya no era tan blanco que digamos. Nunca había reciclado la fiel repisa que cargó hasta con mi gordo libro de Biología de Curtis. Nada más, y en un impulso de alguna vez, lijé la parte superior hasta llegar a la madera... y ahí me quedé.



Eran tiempos en que la "chalk paint" era la... chalk qué?? y como no tenía mucha idea de lo que quería hacer con la repisa, fue quedando postergada. 
Pasados esos años de incertidumbre, de repente me imaginé como quería que fuese. Con removedor, saqué la pintura de los laterales externos, lijé y llegué a la madera un poco rayada (bastante en realidad) pero linda. Con lija también "maté" el brillo en el interior y los estantes.





Usé una pintura a la tiza color gris, aprovechando que ahora sí ya es una pintura que se puede conseguir en el hemisferio en el que vivo, y la pinté tal como la veía en mi imaginación y como se ve en la foto.





Por último, le pasé cera natural en pasta y sí... el cambio es muy notable. De pasada la alivié un poco de sus cargas y eso hace que también se vea mucho más linda.



Chau esmalte sintético amarillento, hola color gris renovado.





Chau madera opaca, hola brillo suave y delicado que da la cera.



Puedo decir sin dudas que es una repisa nueva.  

martes, 20 de marzo de 2018

CUADRITO CON HOJAS DE LIMONERO

Convengamos que si no me hice tiempo durante el verano para andar por aquí, menos me lo voy a hacer ahora que estoy a punto de comenzar el último año (con suerte y viento a favor) de cursar materias en la facultad. Digamos que sólo me quedan cuatro y... la tesis... ¡Casi nada! ¡Jeje!

Pero... en fin... quiero compartir un cuadrito de unos 20 x 20 cm que renové cuando ya me cansé de verlo de la misma manera. Revolví todo mi archivo fotográfico y no pude encontrar una foto de cómo era antes de la renovación. Y no es muy divertido describir que tenía un fondo de un papel tipo carta manuscrita y una silueta de madera color tierra sombra tostada con la palabra LOVE... No importa... De tonos marrones, pasó a azul y sólo mantuve el color del marco en blanco.




En mi casa anterior, había un lindo limonero que, cuando lo encontré, estaba semiahogado por otros árboles y por eso crecía torcido buscando la luz. Además, y posiblemente por la misma razón, no tenía demasiadas hojas y no daba frutos. Me ocupé de él y... ¡oh, sorpresa! unos meses después me regaló limones en cantidad.



Como parte de su ciclo natural, iba renovando sus hojas y, en un momento, noté que a las que quedaban en el suelo, semienterradas, les pasaba que se convertían en esqueletos. Seguramente hay técnicas para lograrlo de manera artificial, las cuales desconozco. Yo junté aquellas en las que naturalmente se degradaron las partes blandas quedando el "sistema vascular" de la hoja, es decir, las nervaduras, que como tienen paredes celulares secundarias engrosadas, son más difíciles de degradar. 



Prensé las hojas un tiempo en un cuaderno y las usé para mi cuadro. Me pareció una buena idea para recordar el generoso limonero que, si bien siguió creciendo torcido, nunca más dejó de dar limones.



Aclaro, porque no lo puedo evitar, aunque no creo que a nadie le importe demasiado, que el nombre científico (que escribí con un marcador de tinta blanca) no está escrito correctamente. El limonero común y corriente es, en realidad, un híbrido, esto es, el resultado de la combinación entre otras especies y no una especie en sí. Por lo tanto, el nombre, en lugar de ser Citrus limon es Citrus xlimon, con la x indicando que se trata de un híbrido. ¿Por qué no lo escribí bien? Porque me di cuenta después. Cada vez que lo veo, me choca un poco, así que en cualquier momento incorporo la x, aunque no sé si hay espacio suficiente entre las dos palabras. 


Más allá de ese peculiar detalle, me encanta cómo quedó mi cuadrito. ¡Ah! Casi me olvido... Un par de manos de barniz acrílico sirven para proteger la obra y, además, me sirvieron para pegar las hojas al fondo. Yo elegí semibrillante porque me gusta cómo queda. 

¡HASTA LA PRÓXIMA!

viernes, 26 de enero de 2018

NOSTALGIA DE FLORES SECAS

Durante mucho tiempo, en mi adolescencia, me dediqué a hacer cuadros con hojas y flores prensadas. Para obtenerlas tenía una prensa de madera... hecha con dos prensas de matambre unidas... pero también en los libros iba dejando hojas y flores entre las páginas. Y por último, una tía que con toda la delicadeza y el cuidado del mundo, se ocupaba de prensar para mí las flores más hermosas y difíciles. 

Con el tiempo dejó de interesarme este hobbie, pero cuando abro un libro y me encuentro con la sorpresa de una hoja o una flor guardada hace ya bastantes años, me invade la nostalgia de recuerdos tan lindos. Con algunas que encontré hace poco, hice esta corona que aquí comparto.







Como se ve en las fotos, no todas son flores u hojas prensadas, también integran la improvisada composición, diversos frutos que he juntado y que todavía se conservan en alguna lata, frasco o caja. 

En eso no he cambiado ni un poco desde mi adolescencia e incluso desde mi niñez, porque me resulta imposible resistirme a estos maravillosos tesoros de la naturaleza como un fruto, una pluma, una piedra, un caracol, una ramita seca... Y aunque ya no hago cuadros, sigo guardando también alguna hoja o una flor entre las páginas de un libro, solamente para olvidarme... volver a encontrarla más adelante... y sonreír con la sorpresa.

miércoles, 17 de enero de 2018

ENERO VA PASANDO

Mientras enero avanza con el ritmo lento de las vacaciones, reuní algunos bellos objetos y me puse a jugar con la cámara. Éste es el resultado...



Me cautivó esta jarra de vidrio verde, que fue de mi abuela y colocando en ella unas espigas de penisetum la transformé en protagonista de mis fotos.



Detrás, una vieja caja de saquitos de té y un frasco de café de antes. Qué lindos envases tenían los artículos de almacén cuando no existía el plástico o no estaba tan difundido.



Asoman por un costado unas tacitas blancas y azules, tan simples como bonitas, y por supuesto, de edad indefinida, lo mismo que las de la siguiente foto.


También se roba mi atención esta tacita verde con su plato...



Un poco cachada y encantadora...



Enero va pasando y yo sigo observando a mi alrededor en busca de la belleza de todos los días.