Sigo reutilizando maderas en mal estado, mientras el pensamiento "frugal" me invade cada vez más. Por eso, miro a mi alrededor y las ideas empiezan a fluir: ¿Cómo puedo transformar esto? ¿Qué provecho le puedo sacar a aquello? Y así, la creatividad se pone en marcha...
Creo que somos muchas a las que nos pasa y la "culpable" de todo es Marcela que, viernes tras viernes, nos invita a inspirar e inspirarnos haciendo mucho con poco.
Mi participación de hoy está relacionada con mi último trabajo, hace ya varios viernes, porque también es a partir de la madera de una persiana vieja. En esta ocasión, construí un perchero.
Además, utilicé los tiradores de un ropero, que reemplacé por otros más modernos y éstos quedaron a la espera de que a mí se me prendiera la lamparita.
Los pinté de blanco y lijé los bordes.
A la madera no hizo falta pintarla ni lijarla porque quedaba mejor con los resultados de años y años de exposición al viento, el sol y la lluvia. Así que solamente le hice tres orificios para colocar los tiradores.
("Hice" es una forma de decir, lo correcto es "le pedí a mi marido porque yo no me animo a usar el taladro")
Por último, coloqué dos ganchitos en la parte de atrás... Ésos con forma de triángulo... Total el perchero es livianito y no pienso colgar mi libro de Biología de Curtis de 1500 páginas.
Simplemente, lo coloqué en la cocina y la verdad, estoy encantada con el resultado. Además de práctico, es decorativo.
Y tiene ese aire de otros tiempos... que me traslada imaginariamente a la cocina del campo, donde hasta me parece sentir los pasos de mi abuela paterna yendo y viniendo, atareada con la cotidiana tarea de preparar la comida utilizando la sopera azul que yo ahora luzco como objeto decorativo.
¡Qué hermoso es rodearse de aquello que hacemos con las propias manos o que tiene historia y nos recuerda a los seres más queridos!
Terminado mi trabajo, me voy a disfrutar de las demás propuestas de este viernes frugal.
¡BUEN FIN DE SEMANA!