lunes, 29 de febrero de 2016

DÍA GRATIS

Antes de terminar este día gratis, quiero regalar y regalarme algunas fotos de una tarde en mi jardín... los frutos del verano, la época ideal para disfrutar y vivir cada rinconcito verde a pleno...

Primero muy de cerca...














Luego me alejo un poco...






Y por último, una vista más general




¡FELIZ SEMANA!

jueves, 25 de febrero de 2016

MULTIPLICACIÓN DE SUCULENTAS

Durante el verano, tomé nota de los pasos que dio Compañía Botánica para multiplicar suculentas a partir de sus hojas y llevé a cabo mi propia producción. 
Cada día los observo y ya estoy logrando resultados que me dan mucha satisfacción. Aquí los comparto:










jueves, 18 de febrero de 2016

AL OLEO

Hace tres años, en 2013, fui a un taller de pintura al oleo e hice dos cuadros que mostré en este blog. En noviembre de ese año, el curso finalizó y a mí me quedó el tercer cuadro sin terminar.
Nunca más volví a sacar mi equipo de oleos, aunque siempre pensaba en terminar el cuadro. Este verano, un lindo día de enero, llevé todo el equipo afuera y me instalé a pintar a la sombra del limonero. Terminé el cuadro... y me acordé por qué no retomé ningún otro taller de este tipo de pintura ni seguí por mi cuenta.





Uno de mis temores después de tanto tiempo era no poder volver a armar la paleta de colores que hice con la profesora en aquel momento. El cuadro ya tenía las bases, entonces se trataba de pintar sobre lo pintado... respetando los colores.





Sin embargo, no tuve problemas con eso y los logré casi iguales. Otro temor era haberme olvidado de las técnicas de pintura aprendida, cosa que también logré hacer, no a la perfección pero sí a un nivel aceptable como para considerarme conforme. Así quedó mi cuadro:





Es un abstracto que aclaro que no es exclusivamente de mi autoría sino que está basado en una imagen que encontré por internet (hace tres años, por lo tanto ni siquiera me acuerdo dónde guardé esa imagen), aunque las modificaciones son tantas que se parece poco al motivo original.

Cuando estuvo listo, lo llevé otra vez adentro para esperar que se seque y ahí empezó el problema. Me acordé que no soporto el olor que tienen las pinturas al oleo y, como mi casa es chica, el aroma a cuadro al oleo recién pintado se esparció por todos lados generandome un muy poco amigable dolor de cabeza. 






Colgado quedaba muy bonito, pero terminó confinado por varias semanas en el galponcito que tenemos en el fondo del patio. Además, el dolor de cabeza tuvo su momento de gloria complementando el olor que ya había aspirado con el del aguarrás mientras lavaba los pinceles. Fue el combo completo. Así que volví a guardar los oleos en su caja y no creo que los vuelva a usar por mucho, mucho tiempo. 





Cuando finalmente estuvo seco, lo barnicé y lo llevé a su lugar definitivo, esta habitación de un departamento donde se eligieron tonos que combinan perfecto con el cuadro:



viernes, 5 de febrero de 2016

AÑORADAS SILLAS

Hace varios años que soñaba con conseguir alguna silla tipo quilmes o cerveceras. No dejaba de verlas en las revistas formando parte de lindas ambientaciones y mientras tanto no dejaba de imaginarlas en algún sitio de mi casa...

La primera llegó en abril del año pasado, la vi en un local de cosas antiguas de mi ciudad natal y me abalancé literalmente sobre ella. Se vino conmigo plegadita en el asiento de atrás del auto.


Sin embargo, se quedó hibernando en el lavadero porque en todo el año no tuve el tiempo necesario para todo el proceso de restauración.


La segunda llegó hace poco, en enero, y la conseguí en el mismo lugar. La diferencia es que no contaba con el auto, así que envuelta en bolsas de consorcio viajó en el buche del micro.




El estado en que se encontraban era de varias capas de pintura descascarada.
Como primer paso para la restauración las lavé y las dejé al sol. A continuación usé removedor en gel para sacar la mayor cantidad de pintura vieja posible. El tercer paso fue lijar y cepillar bien para desprender todo lo que podía haber quedado flojo. Después de eso, nuevamente lavé con agua y detergente y dejé secar al sol.


 Una vez limpias, las pinté con varias manos de convertidor de óxido blanco. Creo que en total fueron tres manos. Lo que pasa es que acá en la costa hasta si uno se queda parado afuera un rato se empieza a oxidar, entonces con más razón una silla de metal.


Último paso: pintarlas del color elegido. Lamentablemente en las fotos no se nota mucho el color aguamarina, pero bueno... ahí está. 




¡Ah, casi me olvido! El color aguamarina es esmalte sintético semibrillo, bien resistente. Y también di varias manos. No es lo que más me gusta usar pinturas sintéticas, pero en este caso no me quedaba otra. Encima como soy muy pero muy torpe, cada vez que agarraba el pincel terminaba pintada yo también, por eso no sólo tenía que lavar los pinceles con aguarrás sino que además a mí misma. Un día frente al espejo, ¡descubrí que tenía un mechón de pelo aguamarina!


Finalmente, armé mi propia ambientación como en las revistas y realicé la sesión de fotos correspondiente... lo más divertido.



La verdad es que la ambientación no duró mucho tiempo... Llueve y a pesar de todas las capas de pintura, las sillas que tanto me costó conseguir descansan bajo techo en el lavadero... No me quiero arriesgar a que se estropeen.


¡FELIZ FIN DE SEMANA!