Por estos lados, el otoño avanza a paso firme y yo me dejo invadir por sus colores tan maravillosos, por la luz cada vez más tenue y las temperaturas más frescas.
Esta semana me sorprendió encontrar el suelo de mi jardín debajo del roble, cubierto de bellotas y hojas crujientes de mil tonos de marrón.
Dueñas de una perfección de la que solo la naturaleza es capaz...
Con un brillo que las hace parecer lustradas...
Son tan sólo o... "tan mucho" el esmerado fruto de un árbol... pero eso alcanza.
Observar y fotografiar estas bellotas me lleva a pensar que lo cotidiano puede ser maravilloso y encerrar una gran belleza, si estamos dispuestos a descubrir.
¡A disfrutar de esta hermoso Macro del día y de las propuestas de los demás participantes!