¡Qué lindo es encontrarnos de nuevo en la propuesta de Marcela en su blog Colorín Colorado! Los viernes frugales ya se van volviendo un clásico y una vez más, participo con mucha alegría.
Hace casi un año que pensé: "voy a transformar este envase de helado en macetero"
Me pareció genial por la forma de maceta que tiene, pero me comí el helado y ahí quedó el pote.
Más adelante, me lo volví a encontrar y empecé a concretar mi idea.
Apliqué la técnica de cartapesta (que odio desde mi infancia cuando la profesora de manualidades de la primaria nos hizo hacer una horrible máscara a partir de un globo, la cual creo que fue a parar a la basura una vez terminada).
Con esta técnica, pegando papelito tras papelito con cola vinílica logré endurecer el envase.
A continuación, y para lograr mayor firmeza, pasé enduído para pared (sobrante de tapar los muchos orificios de clavos en las paredes de mi casa) con un pincel y entre capa y capa tuve que lijar un poco. Obviamente, no quedó perfectamente liso como hubiera querido, pero bueh... es parte de la gracia de lo artesanal.
Finalmente... lo pinté de blanco y pasé a la parte más divertida: ¡decorarlo!
En la parte de abajo, elegí un color marrón claro con el cual pinté "así no más" y lo lijé para gastarlo y que aparezca el blanco. Con un stencil hice los lunares, aunque también se pueden hacer a mano con la parte de atrás de un pincel.
En el sector que dejé blanco, y como no sé pintar, hice decoupage con pedazos de una servilleta cuyos colores combinaban con los elegidos por mí.
Ultísimo paso: elegir una linda plantita para lucir este portamacetas. En mi caso, me gustó cómo queda esta suculenta.
Pienso que valió la pena, no sólo comer el helado, sino guardar tanto tiempo el envase porque finalmente se convirtió en algo lindo, útil y con el sello especial de lo hecho a mano.
Ahora voy a ver qué buenas y frugales ideas proponen los demás participantes de este hermoso encuentro.
¡¡FELIZ FIN DE SEMANA!!