viernes, 29 de mayo de 2015

POSAVASOS

La entrada de hoy está dedicada a un trabajo simple, que no lleva más que el tiempo de secado del acrílico y el barniz. Sin embargo, yo lo transformé en algo un poco más complicado, aunque igualmente divertido.

Hace un tiempo vi en un negocio unos posavasos redondos de fibrofácil con un diseño estampado (por medio de sellos) del cual ya ni me acuerdo. No lo recuerdo porque inmediatamente los visualicé de otra manera, con otra técnica diferente y, pasado algún tiempo, puse mi idea en práctica.



Es necesario contar con la posibilidad de cortar fibrofácil de 3 mm de espesor... o de alguien que corte por uno, como en mi caso. Seis círculos de unos 10 centímetros de diámetro, o el tamaño que cada uno considere. Más o menos para que un vaso cualquiera pueda ser apoyado cómodamente (no es ninguna ciencia).
 


Posteriormente, procedí al pintado (de los pasos intermedios no tengo fotos, pero no hace falta). Di una base de color blanco, varias manos para que quede bien parejo. Y después utilicé un stencil con diseño chevron, que yo misma fabriqué con cartulina siguiendo un modelo que bajé de internet. Fue un tanto complicado y me pasó que unas semanas después, pasé por la artística y encontré un stencil tal cual. ¡UFA! Ya era tarde... Me lo compré igual para alguna otra vez, dado que el mío de cartulina quedó bastante maltrecho luego de utilizarlo.





Pinté cada uno de diferente color y elegí tonos pasteles (acrílicos comunes que mezclé con blanco). Finalmente, dos manos de barniz acrílico para proteger y listo.




Sencillo e ideal para participar del Finde Frugal que propone Marcela cada viernes.

¡FELIZ FIN DE SEMANA!

miércoles, 20 de mayo de 2015

INSPIRACIÓN VIOLETA

Antes que nada, conozco una persona que va a odiar el tema que elegí para esta publicación. Entonces, desde el principio, le pido disculpas porque es mi seguidora número uno y no puedo defraudarla de semejante manera...

Mi mamá detesta el violeta, pero lo odia con ganas y de verdad. Desde que tengo uso de razón la escucho decir que no puede ver ese color y, desde chicos, mi hermano y yo bromeamos con esa fobia haciéndole notar cuanta cosa violeta se nos cruza por la vida. Los dos hace rato que dejamos la niñez y sin embargo, seguimos haciendo lo mismo.

En mi jardín florecieron hace unos días estos lirios preciosos y ellos son la razón que me motivó a crear un mini escenario y tomar las fotos que vienen después.





Son tan lindos que creo que hasta mi mamá los podría tolerar... Como no son demasiados, corté un solo pedazo de vara con una única flor y la coloqué en un pequeño frasco a modo de florero.





El cuadro que está detrás es una acuarela que pintó mi mamá. Es una versión propia de una obra de Prilidiano Pueyrredón. Para pintarla tuvo que establecer un acuerdo con los lilas, aunque ella siempre afirma que su mayor problema pasa por no soportar los violetas "muy violetas"... como el del lirio. 






Además, agregué otros lindos detalles para crear el conjunto. Un papel, figuritas, cintas washi y mis infaltables cajas de polvo antiguas. Me sorprendí al ver la cantidad de cosas violetas que encontré por mi casa. Si bien, es un color que me gusta, le tengo cierto respeto heredado de mi madre y no lo uso demasiado. 




En estas fotos se ve el cuadro en su totalidad y me encanta. Lo tengo ubicado en el living de mi casa sobre un mueble tipo repisa (de vez en cuando lo cambio de lugar) y desde allí, me transmite calma a través de los suaves tonos del cielo y el agua.





 Pienso que no viene para nada mal un poco de inspiración a mitad de semana. Sin ningún objetivo más que por un ratito, dejarme llevar y solamente jugar a combinar colores. Así de poco y así de mucho...



lunes, 11 de mayo de 2015

LUNES

Lunes... primero blogueo, luego existo... corrijo, planifico clases, cargo el lavarropas, ordeno la casa. 

Pero antes me tomo un ratito para compartir un trabajo que hice hace unos meses. Dicho sea de paso, debe ser una de las últimas cosas que hice con un pincel en la mano; los días pasan tan rápido, una semana se lleva a la otra y yo miro de lejos mis elementos de hacer manualidades mientras no puedo soltar la birome roja que corrije las actividades y evaluaciones de mis alumnos. En fin... (¿cómo se escribe un suspiro?). Por ahora, miro de reojo la enorme pila de hojas...





Los elementos necesarios son simples: un marco de fibrofácil, una silueta también de fibrofácil que es a gusto de cada uno (yo elegí la palabra "love"), y una servilleta de papel con un diseño que sirva como fondo (es lo mejor para las que no sabemos pintar, jejé).


Como ya toooodo el mundo debe saber, no es ningún secreto mi amor por el turquesa, que persiste en el tiempo inmune al intento de otros colores por conquistarme. Para el cuadrito lo elegí en un tono más suave, más aguamarina y lo combiné con gris y blanco. Me encantó el resultado.


Pero lo que más me gusta de todo en realidad... son las tres "rayitas" de distinto grosor que hice sobre el marco. Cortan el blanco dándole un toque especial.



Listo!! Barniz acrílico para proteger... Y a decorar...


En mi casa, una pared junto a la ventana, en el medio de otros cuadros que contienen fotos que me inspiran justamente la palabra "love".




Ahora sí, despuntado el sano vicio blogueril ya puedo volver a las necesarias tareas de docente y ama de casa. Pero antes quiero decir que hace unas semanas agregué a mi blog (por sugerencia de una amiga) el botón para suscribirse por mail. Puede ser útil porque sé que tengo lectoras que no utilizan blog y cuyos alentadores comentarios me llegan muchas veces por vía telefónica a través de alguien que se encarga de transmitírmelos... Siempre es una alegría recibirlos.

¡¡FELIZ SEMANA!! 

sábado, 2 de mayo de 2015

PUESTA DE SOL

Llueve... por momentos torrencialmente y por momentos más suave. Ante la imposibilidad de disfrutar del aire libre, encerrada y... un poco aburrida (dicho sea de paso: no me falta qué hacer, pero la languidez del día me traspasa), evoco el hermoso fin de semana anterior. Dos días luminosos, soleados y con temperaturas no muy otoñales que digamos. Volviendo de un paseo a un lugar cercano al cual fui, por supuesto con la cámara, presencié esta mágica puesta del sol.


En un principio, desde el auto en movimiento, capté la silueta de las colas de zorro.




Negros los campos y el sol detrás, a punto de desmoronarse bajo la línea del horizonte.

Después, ya sin el problema del movimiento (convencí a mi marido de parar "por favor porque no me puedo perder esto, tengo que sacar fotos de este momento único"), fue mejor aún.




Las cenizas que viajaron desde el sur, potenciaban los tonos anaranjados y la pelota incandescente del sol.



Y los campos, bajo esta luz proyectada, brillaban brumosos y dorados. Mientras el cielo, de tanto en tanto, era atravesado por alguna bandada. 



Muy despacio, el sol se fue hundiendo en la bruma haciéndose cada vez más difuso, hasta que sólo quedó un resplandor rojizo. Se había ido. 


Desde el este avanzó la noche, extendiéndose y devorándose la luz para finalmente, verter un puñado de estrellas en el firmamento.

Mientras escribo, escucho el tintineo de las gotas que caen afuera. Hoy no hay cielo celeste, ni luz ni calor del sol. Pero pienso que la lluvia es mucho más que agua que cae y tiene su encanto. Hoy todo es quietud y también vale la pena disfrutarlo.