miércoles, 25 de marzo de 2015

DETALLES SOBRE UNA MESITA (TURQUESA POR SUPUESTO)

Ya empezó el tiempo en que mi blog pasa un poco a segundo plano porque el trabajo hace que el tiempo no me alcance para dedicarlo a sacar fotos, editarlas, subirlas, escribir algo más o menos coherente... 

Pero hoy aprovecho el solcito otoñal que se filtra por la ventana y que todavía no me puse las pilas porque no me puedo despegar del largo fin de semana, entonces aún no abrí libros y carpetas para pensar cómo dar mis clases de mañana en la escuela.

Y pongo el foco en un mesita que adoro.





La encontré en mi casa como tantas cosas (prácticamente la mayoría de los muebles que pueblan los ambientes) y como estaba descascarada, rayada y la madera pintada con una tinta oscura, la convertí en una mesa turquesa, la lijé un poco para suavizar la estridencia del color...






...Y la confiné a servir de apoyo de detalles que me gustan y que, de tanto en tanto voy cambiando cuando me aburro de ver lo mismo. Un fin puramente decorativo nada más (y nada menos).




La parte de abajo la reservé para la canastita que contiene mis sellos decorativos y algunas cintas.


En la parte superior ubiqué un... "coso" de metal para cartas (que no recibo), por eso más de una vez van a parar ahí los papeles de impuestos y servicios cuando llegan.


Las infaltables cajas de polvo antiguas de mis abuelas, que en mi casa están casi por todas partes.


Un pulverizador que reciclé con una etiqueta de papel adhesivo. Simplemente con eso, cambió un montón.


Por último, un florero hecho con un tubo de cartón que quedó luego de que se acabaran todo el rollo de bolsas para freezer. Aclaro que es un florero solamente apto para flores secas por dos razones: no tiene fondo y es de cartón. 



Y así me despido de este espacio hasta cuando tenga, encuentre o construya un poquito de tiempo nuevamente. 

lunes, 9 de marzo de 2015

DE OTRO PLANETA

Haciendo un plano general... no se ve y mucho menos se destaca entre los diferentes cactus y suculentas de mi jardín.


 

Pero ahí está, en una tacita de plástico celeste que le sirve de maceta.


Un cactus insignificante que, durante semanas, estuvo preparando una gran sorpresa.


Ayer, el enorme pimpollo se abrió en esta flor descomunal.








Una flor totalmente impensada, exótica con sus colores de leopardo y un tamaño que amenaza aplastar al pobre cactucito que la produjo.






No me canso de mirarla, de admirarla y de fotografiarla... Descubrí que, en otra maceta se prepara otro pimpollo, por ahora así de chiquitito. Hace falta acercarse mucho para poder distinguirlo.


Para mí que estudié Biología, me parece que la vida siempre sorprende al que está dispuesto observar. 
La vida es, sucede, se abre camino, surge de lo impensado en el más mínimo rincón, crece en silencio, de a poquito... 

A mí me parece maravilloso, por eso lo comparto.


martes, 24 de febrero de 2015

CORTADERAS

O comúnmente llamadas colas de zorro... En esta época las esbeltas espigas pueblan los médanos a las afueras de la ciudad.


Constituyen un espectáculo digno de admirar... y de fotografiar.
Forman una marea que se mece al compás del viento.


Son luminosas, étereas, sutiles... y al mismo tiempo fuertes y rústicas, tanto que soportan el suelo de arena y el castigo del aire marino cargado de sal.


Me encantan... Y me acuerdo de una anécdota relacionada con estas plantas. Siempre fui una jardinera empedernida y cuando todavía vivía en mi casa paterna (en otra ciudad, en otro lugar de la provincia) e intentaba por todos los medios mejorar el jardín, se me ocurrió una vez la "fantástica idea" de ir a juntar cortaderas a la banquina de la ruta. Convencí a mi papá (que jamás pudo resistirse demasiado a mis solicitudes) y allá fuimos en la camioneta andando hasta encontrar un especímen que a mí criterio fuese apto para trasladar a casa. 

- Ésa es chiquita pa, dale que va a salir fácil.

Y allá fue mi papá pala en mano y... no era tan chiquita como yo pensaba así que tuvo que hacer un montón de fuerza y después de muchas "paleadas" salió la cortadera de la tierra y quedó cargada en la caja de la camioneta. Lo peor es que no fue la única, fueron digamos... tres... o cuatro. ¡Pobre papá! Hace falta decir también, que prendido en estas brillantes ideas estaba mi hermano (menor que yo), que siempre compartió conmigo los posibles mejoramientos del jardín y todo lo que se nos ocurría aplicar allí.



Las cortaderas se lucieron en el jardín durante mucho tiempo y, quizás, no me acuerdo, quede alguna todavía. Pero la verdad es que aprendí que las prefiero en los campos donde pueden crecer a su antojo y pasar desapercibidas todo el año sólo para estallar en febrero, y transformar el campo en mar.

jueves, 19 de febrero de 2015

MOMENTO DE INSPIRACIÓN

Hoy el ambiente huele a otoño que se aproxima (muy a mi pesar). El viento sopla del sur e invita a estar adentro disfrutando de los rayos de sol que se filtran a través de las ventanas.


En el jardín es tiempo de cosechar semillas...



Cortar flores de hortensias para secar...




Adornar con ellas algún rincón de la casa...



Y tal vez, unir todo en un conjunto para practicar con la cámara...




Éste es el resultado... 



La inspiración que emerge de repente, en el momento menos pensado.

lunes, 9 de febrero de 2015

MI BIBLIOTECA

Desde chica tengo un sueño que comparto con mi mamá: una habitación donde haya bibliotecas en toda las paredes desde el piso al techo. Bueno... quizás no tanto, pero casi. Dejo espacio para alguna puerta y ventanales que den a un espléndido jardín. Delante de uno de esos ventanales me imagino un sillón bien cómodo para instalarme a leer cómodamente...

Algún día será, ¿por qué no pensarlo así? Por el momento, en mi casa guardo los libros en diversos lugares, pero mayormente en una biblioteca que diseñamos con mi marido y que él construyó con melamina blanca.




Es sencilla, aunque a mí me encanta. No sólo es apta para contener los libros, sino que también es decorativa. Al ser blanca, su contenido aporta color al ambiente.



Además de libros y revistas, aquí expongo mi colección de ranitas (y una lechuza que se agregó). 



Y también, mi colección de cajas de polvos antiguas en algunas de las cuales cuando era chiquita, guardaba algún accesorio de mis muñecas.


Como estoy de vacaciones, la biblioteca luce inmaculada. En cambio, durante el año, se transforma en un caos de hojas de trabajos de alumnos en espera de ser corregidas y libros que uso para dar clases.




Pronto, tendré que hacer el cambio de libros nuevamente: sacar los "no laborales" y traer los que archivé a fines de diciembre arriba del placard. Sin embargo... todavía tengo un resto de vacaciones para disfrutar y... tener la biblioteca ordenada algunas semanas más.